lunes, 10 de marzo de 2008

Destruyamos eurovisión


El sábado pasado el programa “Salvemos Eurovisión” vio como se rían hasta de su propio nombre. La iniciativa llevada a cabo por TVE y Myspace que permitía, por primera vez en la historia, una participación abierta a este festival europeo no logró el objetivo esperado. Y es que muchas veces se nos olvida que hay gente a la que no le importa reírse hasta de su propia sombra, y por alusiones, tampoco de todo el conjunto de músicos de España.
Cuando algo no nos interesa normalmente solemos dejarlo de lado, pero cuando ese “algo” puede reportar beneficios económicos entonces algunos tiñen la verdad con mensajes reivindicativos que ni ellos mismos creen. Así la respuesta de Chiquilicuatre a los abucheos recibidos durante la gala de selección es una respuesta vacía. Dice que él también quiere salvar Eurovisión con un poco de humor, pero parece que se le ha olvidado que hay otros concursos humorísticos a los que podía presentarse si ese fuera su objetivo real y que éste, precisamente, por algo se llamará festival de la “canción europea”.
Yo no soy una “eurofan”, palabra con la que algunos describen a los seguidores del festival a la que suelen adjuntar peyorativamente el adjetivo de “freak”, sino una persona con criterios, y uno de ellos es no reírse de los demás si no hay motivo. Si tan poco le gustaba al señor Buenafuente, o al Chiquilicuatre, el festival no tenía más que realizar otro, ya que viendo hasta dónde pueden llegar sus campañas publicitarias sería relativamente fácil. Ahora bien, siempre es más sencillo y mejor para el bolsillo sacar un producto de fábrica y vivir de él. Y si además conseguimos manipular los gustos y decisiones de media España pues mejor, que así de paso se habla más del “artista” y de un programa que en los últimos tiempos no para de tener bajadas de audiencia.
Visto lo visto no me sorprendería que el próximo concurso nacional de pintura lo ganara un tío que pinte con la mierda del culo, eso sí, con una buena promoción televisiva detrás que ironice sobre todos los artistas conceptuales de España. O que en la pasarela Cibeles del próximo año veamos los modelos de Cañita Brava, gracias al patrocinio de La Sexta. De acuerdo que en el caso eurovisivo ha tomado parte la decisión popular, pero ¿acaso no estaba manipulada desde el medio de comunicación más poderoso? La tele nos dicta lo que nos gusta y lo que no nos gusta, nos hace estar pendientes de un festival que a la mayoría no nos interesa y nos hace dejarnos el dinero en unos mensajes que nunca antes, si no llega a ser por ese marketing previo, hubiéramos mandado. En fin… tan sólo es una queja y nosotros unos títeres de unos cuantos aprovechados.

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